UVA PRESS
Barcelona
Erick Lara es uno de los dos fundadores de La Dimensión Vegana, el blog sobre cocina vegana "políticamente incorrecta" que ha ganado en la VII edición de los Premios 20Blogs el galardón al blog más votado.
Es usted de El Salvador y el otro fundador del blog, Javier Guarascio, argentino. ¿Cómo se vive en esos países el veganismo y el vegetarianismo?
En Argentina, de forma muy fuerte. Tiene algo todavía de "cosa de pijos", pero a cambio está muy instaurada la soja. Lo que hay es mucho activismo, más que en España. En El Salvador… Está muy aceptado, se valora mucho. En marzo viajo a mi país a dar unas charlas, a recordar que todas las recetas mayas, ancestrales, tenían maíz y frijoles negros.
¿Y en España?
Está creciendo mucho. Hace tres años, apenas encontrabas locales donde ofrecieran comida vegana… Y ahora hay bares, restaurantes, está presente en los barrios de moda. Por supuesto, hay muchos mitos: para muchos españoles, comer solo vegetales suena a hambre, a pobreza. Pero Internet está ayudando a cambiar también mucho las cosas.
En España nos gusta comer mucho y muy pesado, ¿verdad?
¡Comen carne todo el tiempo, aunque luego digan de los argentinos! En España se desayuna una tostada con jamón, un cocido en la comida… ¡Y un filete en la cena! Y no sólo eso: los lácteos, los quesos, los huevos…
¿Por qué se hizo usted vegano?
Fue de la noche a la mañana. Crecí en un restaurante: mi familia, durante más de 20 años, regentó un restaurante en El Salvador. Así que me crié rodeado de comida y, desde luego, animales vivos: conejos o gallinas, pero también armadillos o iguanas. Cuando llegué a Madrid, con 24 años, sufrí un golpe cultural: de comer muchos frijoles y maíz a hincharme de trigo y huevos. Hasta que conocí a Javier, con quien hago el blog, y me mostró un documental: Terrícolas. No solo eso: me invitó a las mejores hamburguesas que había comido en mi vida… ¡Y eran de alubias negras! El cerebro me hizo "clic". Vi que era posible llevar una vida sana, ética y divertida. Fue, justo, hace tres años y medio.
¿Ha notado muchos cambios en su vida?
Sí. Antes tenía muchas alergias: al polvo, los gatos, algunas flores y plantas… Desaparecieron hace un año, creo que al dejar de tomar lácteos. Y también tenía problemas de cicatrización, que desaparecieron a los tres meses de hacerme vegano. Además… He perdido cuarenta kilos, pero me siento con mucha más energía.
¡Cuarenta kilos!
Sí, por comer mejor. Al hacerte vegano, te planteas de verdad qué comes. Al principio, crees que te puedes morir de hambre comiendo solo lechuga y zanahorias, pero lo que haces es cuidar tu pirámide nutricional. Por ejemplo, yo como más pizza, arroz o patatas que antes… No te haces vegano por adelgazar, sino por una elección personal y para aprender a alimentarte mejor.
En esos tres años y medio, ¿no se ha traicionado nunca?
No, no he tenido necesidad. He viajado por Egipto, Marruecos, Centroamérica, México, Latinoamérica… Y he podido seguir siendo vegano. ¿Que si en una isla desierta me terminaría comiendo una vaca? ¡Puede ser! Pero la gastronomía india, o china, te muestran que hay miles de recetas que no lo exigen.
Hablaba de ética… ¿Es verdad que las vacas contaminan tanto?
Sí… ¡Pero es muy difícil decirle a la gente que los pedos de las vacas contaminan! Y no sólo eso: el transporte de animales, la infraestructura… Y, a nivel humano, la desigualdad social que genera. El veganismo permite una alimentación nutritiva, adecuada y mas barata. Y otra cosa: el 75% de los granos que se producen en el mundo se destinan a alimentar animales que luego nos comemos… ¡Podrían distribuirse directamente ente los que no pueden comprarse un filete de solomillo!
Así que el veganismo es una forma de ética.
Sí. Existe la posibilidad de alimentarte sin molestar a nadie: ni animales ni a las otras personas. Es una decisión personal. Puedes tomarla.
¿Y el hacer un blog? ¿Cómo surge Dimensión Vegana?
Cocinando en casa, pensamos en crear una pequeña empresa de productos veganos: embutidos, carnes vegetales.. Pero no era el momento por temas personales y laborales. Sin embargo, queríamos que ese conocimiento no se estancara, por lo que pensamos que debíamos transmitírselo a otros. Así surgióDimensión Vegana: es un lugar donde sentirse libre, un lugar con ética, divertido… Es nuestra casa, e invitamos a todos a conocerla. Grabamos vídeos de lo que comemos a diario, explicamos cómo encontrar los productos, y demostramos que comer vegano puede ser fácil y barato.
¿No es difícil o caro?
Comparte un queso vegano es caro. Un trozo de jamón vegano… Es carísimo. Es algo elitista, cuando no debería serlo… Porque se puede hacer en casa. Empezamos moviendo un vídeo sobre cómo hacer una tortilla de patatas vegana… Y fue un éxito. En unos seis meses, el blog empezó a crecer mucho, y ahí seguimos.
Hasta tienen una radio.
Sí. Queríamos fomentar el contacto y tener más feedback de nuestros lectores. Además, queremos que la gente sepa cómo hablamos, cómo nos reímos, que nos conozca mejor. Tenemos una media de 700 descargas del podcast.
¿Cuánto tiempo le dedican cada día a Dimensión Vegana?
No lo sé, porque nos divierte mucho… Unas cuatro o cinco horas al día. Lo que más tiempo nos lleva no es hacer el blog, porque es simplemente plasmar nuestra vida, sino atender a nuestros seguidores. Tenemos casi 14.000 en Facebook, una comunidad de más de 2.000 seguidores del blog… Hay que mantenerlo activo, animar a la gente, no dejar que algunas noticias nos desmoralicen.
¿Cómo se les ocurrió presentarse al premio?
Estábamos en un momento crítico. Yo estoy sin trabajo desde hace un año, Javier tenía mucho lío con su trabajo… No sabíamos si seguir o descansar un poco. Hasta que, en la web, encontré el concurso, y me llamó la atención. Inscribí el blog, nos aceptaron en el acto… Y volvimos a animarnos. El resultado ha sido muy bueno: es una ventana excelente para difundir el veganismo, accedemos a 20minutos.es, que es un medio masivo de comunicación… Y, gracias al premio, hemos sumado más de 1000 seguidores.
¿Cómo rentabilizan el blog?
Es complicado… Manejamos varias opciones. Una es importar productos veganos a España. Otra es exportar cosas que se hacen aquí. Bastantes restaurantes y empresas de República Dominicana, Argentina, México o distintas partes de España nos han pedido usar nuestras recetas, y nos gustaría que se publicitasen en nuestro blog. Hay un bar que nos ayuda…
Y luego, claro, están sus seguidores.
Sí. Son fieles, entusiastas, muy cariñosos… No nos envían dinero, pero sí mucho amor.
Uno piensa en un vegano… Y lo imagina delgado y algo 'hippie'.
Muchos veganos te dicen que es un estilo de vida, una filosofía… Para mí, es simplemente una decisión que cualquiera puede tomar. Es cambiar hábitos: cambiar una chaqueta de cuero por una de cuerina, cambiar una hamburguesa de ternera por otra de soja. Lo importante es disfrutar de la vida, y que los cambios sean positivos, alegres, personales. Eso tiene que ser el veganismo, tanto si eres gordito como flaquito, tanto si eres un 'okupa' como Bill Clinton.
En resumen: que no es tan raro.
En EE UU, por ejemplo, es un boom. Dicen que sube un 10-20% anual. En Europa, un 2%, que no está mal. Los partidos animalistas cada vez tienen más presencia: en Holanda, por ejemplo, ya tienen escaños y algún ayuntamiento. Es una ética que va creciendo… Y que crecerá más gracias a Internet y las personas, que iremos aprendiendo que es bueno evitar el sufrimiento ajeno.
Barcelona
Erick Lara es uno de los dos fundadores de La Dimensión Vegana, el blog sobre cocina vegana "políticamente incorrecta" que ha ganado en la VII edición de los Premios 20Blogs el galardón al blog más votado.
Es usted de El Salvador y el otro fundador del blog, Javier Guarascio, argentino. ¿Cómo se vive en esos países el veganismo y el vegetarianismo?
En Argentina, de forma muy fuerte. Tiene algo todavía de "cosa de pijos", pero a cambio está muy instaurada la soja. Lo que hay es mucho activismo, más que en España. En El Salvador… Está muy aceptado, se valora mucho. En marzo viajo a mi país a dar unas charlas, a recordar que todas las recetas mayas, ancestrales, tenían maíz y frijoles negros.
¿Y en España?
Está creciendo mucho. Hace tres años, apenas encontrabas locales donde ofrecieran comida vegana… Y ahora hay bares, restaurantes, está presente en los barrios de moda. Por supuesto, hay muchos mitos: para muchos españoles, comer solo vegetales suena a hambre, a pobreza. Pero Internet está ayudando a cambiar también mucho las cosas.
En España nos gusta comer mucho y muy pesado, ¿verdad?
¡Comen carne todo el tiempo, aunque luego digan de los argentinos! En España se desayuna una tostada con jamón, un cocido en la comida… ¡Y un filete en la cena! Y no sólo eso: los lácteos, los quesos, los huevos…
¿Por qué se hizo usted vegano?
Fue de la noche a la mañana. Crecí en un restaurante: mi familia, durante más de 20 años, regentó un restaurante en El Salvador. Así que me crié rodeado de comida y, desde luego, animales vivos: conejos o gallinas, pero también armadillos o iguanas. Cuando llegué a Madrid, con 24 años, sufrí un golpe cultural: de comer muchos frijoles y maíz a hincharme de trigo y huevos. Hasta que conocí a Javier, con quien hago el blog, y me mostró un documental: Terrícolas. No solo eso: me invitó a las mejores hamburguesas que había comido en mi vida… ¡Y eran de alubias negras! El cerebro me hizo "clic". Vi que era posible llevar una vida sana, ética y divertida. Fue, justo, hace tres años y medio.
¿Ha notado muchos cambios en su vida?
Sí. Antes tenía muchas alergias: al polvo, los gatos, algunas flores y plantas… Desaparecieron hace un año, creo que al dejar de tomar lácteos. Y también tenía problemas de cicatrización, que desaparecieron a los tres meses de hacerme vegano. Además… He perdido cuarenta kilos, pero me siento con mucha más energía.
¡Cuarenta kilos!
Sí, por comer mejor. Al hacerte vegano, te planteas de verdad qué comes. Al principio, crees que te puedes morir de hambre comiendo solo lechuga y zanahorias, pero lo que haces es cuidar tu pirámide nutricional. Por ejemplo, yo como más pizza, arroz o patatas que antes… No te haces vegano por adelgazar, sino por una elección personal y para aprender a alimentarte mejor.
En esos tres años y medio, ¿no se ha traicionado nunca?
No, no he tenido necesidad. He viajado por Egipto, Marruecos, Centroamérica, México, Latinoamérica… Y he podido seguir siendo vegano. ¿Que si en una isla desierta me terminaría comiendo una vaca? ¡Puede ser! Pero la gastronomía india, o china, te muestran que hay miles de recetas que no lo exigen.
Hablaba de ética… ¿Es verdad que las vacas contaminan tanto?
Sí… ¡Pero es muy difícil decirle a la gente que los pedos de las vacas contaminan! Y no sólo eso: el transporte de animales, la infraestructura… Y, a nivel humano, la desigualdad social que genera. El veganismo permite una alimentación nutritiva, adecuada y mas barata. Y otra cosa: el 75% de los granos que se producen en el mundo se destinan a alimentar animales que luego nos comemos… ¡Podrían distribuirse directamente ente los que no pueden comprarse un filete de solomillo!
Así que el veganismo es una forma de ética.
Sí. Existe la posibilidad de alimentarte sin molestar a nadie: ni animales ni a las otras personas. Es una decisión personal. Puedes tomarla.
¿Y el hacer un blog? ¿Cómo surge Dimensión Vegana?
Cocinando en casa, pensamos en crear una pequeña empresa de productos veganos: embutidos, carnes vegetales.. Pero no era el momento por temas personales y laborales. Sin embargo, queríamos que ese conocimiento no se estancara, por lo que pensamos que debíamos transmitírselo a otros. Así surgióDimensión Vegana: es un lugar donde sentirse libre, un lugar con ética, divertido… Es nuestra casa, e invitamos a todos a conocerla. Grabamos vídeos de lo que comemos a diario, explicamos cómo encontrar los productos, y demostramos que comer vegano puede ser fácil y barato.
¿No es difícil o caro?
Comparte un queso vegano es caro. Un trozo de jamón vegano… Es carísimo. Es algo elitista, cuando no debería serlo… Porque se puede hacer en casa. Empezamos moviendo un vídeo sobre cómo hacer una tortilla de patatas vegana… Y fue un éxito. En unos seis meses, el blog empezó a crecer mucho, y ahí seguimos.
Hasta tienen una radio.
Sí. Queríamos fomentar el contacto y tener más feedback de nuestros lectores. Además, queremos que la gente sepa cómo hablamos, cómo nos reímos, que nos conozca mejor. Tenemos una media de 700 descargas del podcast.
¿Cuánto tiempo le dedican cada día a Dimensión Vegana?
No lo sé, porque nos divierte mucho… Unas cuatro o cinco horas al día. Lo que más tiempo nos lleva no es hacer el blog, porque es simplemente plasmar nuestra vida, sino atender a nuestros seguidores. Tenemos casi 14.000 en Facebook, una comunidad de más de 2.000 seguidores del blog… Hay que mantenerlo activo, animar a la gente, no dejar que algunas noticias nos desmoralicen.
¿Cómo se les ocurrió presentarse al premio?
Estábamos en un momento crítico. Yo estoy sin trabajo desde hace un año, Javier tenía mucho lío con su trabajo… No sabíamos si seguir o descansar un poco. Hasta que, en la web, encontré el concurso, y me llamó la atención. Inscribí el blog, nos aceptaron en el acto… Y volvimos a animarnos. El resultado ha sido muy bueno: es una ventana excelente para difundir el veganismo, accedemos a 20minutos.es, que es un medio masivo de comunicación… Y, gracias al premio, hemos sumado más de 1000 seguidores.
¿Cómo rentabilizan el blog?
Es complicado… Manejamos varias opciones. Una es importar productos veganos a España. Otra es exportar cosas que se hacen aquí. Bastantes restaurantes y empresas de República Dominicana, Argentina, México o distintas partes de España nos han pedido usar nuestras recetas, y nos gustaría que se publicitasen en nuestro blog. Hay un bar que nos ayuda…
Y luego, claro, están sus seguidores.
Sí. Son fieles, entusiastas, muy cariñosos… No nos envían dinero, pero sí mucho amor.
Uno piensa en un vegano… Y lo imagina delgado y algo 'hippie'.
Muchos veganos te dicen que es un estilo de vida, una filosofía… Para mí, es simplemente una decisión que cualquiera puede tomar. Es cambiar hábitos: cambiar una chaqueta de cuero por una de cuerina, cambiar una hamburguesa de ternera por otra de soja. Lo importante es disfrutar de la vida, y que los cambios sean positivos, alegres, personales. Eso tiene que ser el veganismo, tanto si eres gordito como flaquito, tanto si eres un 'okupa' como Bill Clinton.
En resumen: que no es tan raro.
En EE UU, por ejemplo, es un boom. Dicen que sube un 10-20% anual. En Europa, un 2%, que no está mal. Los partidos animalistas cada vez tienen más presencia: en Holanda, por ejemplo, ya tienen escaños y algún ayuntamiento. Es una ética que va creciendo… Y que crecerá más gracias a Internet y las personas, que iremos aprendiendo que es bueno evitar el sufrimiento ajeno.
fuente: 20minutos.es
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