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Buenos Aires
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Una sociedad o una nación se pueden conocer por como tratan a sus animales
por Claudio María Domínguez
Amigos queridos, hoy les ofrecemos estas invaluables palabras sobre el vegetarianismo pronunciadas por Mohandas Ghandi, llamado Mahatma –alma grande-, el gran líder espiritual de la India cuyo nombre se transformó en sinónimo de “No violencia”.
Considerado un referente pacífico a nivel mundial, sostenía que “la humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no-violencia”. Se consideraba hindú, budista, cristiano, musulmán, judío, etc., ya que para él no existía contradicción alguna. Esto era así porque, según su pensamiento, la única definición real de Dios era que “es La Verdad y El Amor” y se podía aplicar a todas las religiones por igual.
Llevaba una vida espiritual y austera, con ayuno y meditación, rehusando cualquier posesión terrenal, vistiendo como quienes pertenecen a las clases más bajas: un mantón y un taparrabos y consumiendo vegetales, zumos de fruta y leche de cabra.
Acérrimo defensor de los animales, manifestaba:
“Siento que el progreso espiritual nos demanda que dejemos de matar y comer a nuestros hermanos, criaturas de Dios, sólo para satisfacer nuestros pervertidos y sensuales apetitos. La supremacía del hombre sobre el animal debería demostrarse no sólo avergonzándonos de la bárbara costumbre de matarlos y devorarlos sino cuidándolos, protegiéndolos y amándolos.
No comer carne constituye sin la menor duda una gran ayuda para la evolución y paz de nuestro espíritu. Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales. En tanto comemos carne, todos somos cómplices de las crueldades que se cometen contra los animales, al transportarlos, en los mercados y en los mataderos. Y quién sabe si esta carne torturada que comemos, por su parte no nos lleva a cometer nuevas brutalidades y crueldades.
La dieta vegetariana no tiene precio para mí. Descubrí que para permanecer firme en el vegetarianismo, el hombre requiere una base moral. Debemos comer con moderación y de vez en cuando ayunar. Fácilmente caemos víctimas de las tentaciones del paladar y, por consiguiente, cuando algo sabe delicioso, no nos importa tomar uno o dos bocados más. Pero ustedes no pueden mantenerse saludables bajo esas circunstancias. Por lo tanto, descubrí que para mantener la salud, sin importar lo que era necesario reducir la cantidad de alimento y el número de comidas.
Vuélvanse moderados: fallen en el lado de lo menos, en vez de hacerlo en el lado de lo más.
Cuando invito amigos a participar de mis comidas nunca los presiono para que tomen algo, excepto lo que ellos exijan. Al contrario, les digo que no tomen algo si no lo desean.
El espíritu del hombre es lo que nos interesa, por lo tanto, los vegetarianos deberían tener esa base moral; porque un hombre no nació como un animal carnívoro sino que nació para vivir de las frutas y las hierbas que la tierra produce. La base de mi vegetarianismo no es física, sino moral. Si alguien dijera que voy a morir si no como carne o tomo caldo de carne, incluso por consejo médico, preferiría morir.
Todos aquellos que nos auto nombramos vegetarianos deberíamos tener esa base. Había miles de carnívoros que no continuaron comiendo carne. Debe haber una razón clara para que hagamos ese cambio en nuestras vidas, para que adoptemos hábitos y costumbres diferentes a los de la sociedad, aunque a veces ese cambio pueda molestar a nuestros más allegados y queridos. Por nada del mundo deberían sacrificar un principio moral. Por consiguiente, la única base para tener una sociedad vegetariana y para proclamar un principio vegetariano es, y debe ser, una base moral.
Aunque todavía no hemos olvidado que tenemos muchas cosas en común con los animales, no tenemos completamente en cuenta que hay ciertas cosas que nos diferencian de ellos. Claro está que tenemos animales vegetarianos como la vaca y el toro -los cuales son mejores vegetarianos que nosotros-, pero hay algo mucho más noble que nos llama al vegetarianismo: he comprobado por mi propia experiencia y por la experiencia de miles de amigos y compañeros, que ellos encuentran satisfacción, hasta donde concierne al vegetarianismo, de la base moral que han escogido para mantenerlo.
Para mí, si la humanidad en pleno se pasase al vegetarianismo y veganismo, me apuesto lo que sea que nuestra civilización avanzaría a pasos de gigante hacia la paz, el amor y la concordia, entre clases y entre pueblos. ¿Y por qué empezar por la alimentación? Porque estamos hechos de lo que comemos. Tu cuerpo se construye de lo que consumes. Por eso, en cuanta mayor calidad del alimento, mayor calidad de los tejidos del cuerpo y mayor calidad y salud desde todos los tres tipos de salud: física, mental y espiritual”.
fuente: infobae.com
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