UVA PRESS
Chile
El sábado 11/12/2010 realizamos el Primer Encuentro de la Familia Vegana.
Por Alejandro Ayala Polanco
Comenzaré diciendo que esta actividad podemos verla como una respuesta a la expansión que el movimiento vegano ha mostrado en los últimos años. Cada vez son más las personas que han adoptado el estilo de vida vegano como una forma de alinearse con sus valores de respeto por todos los seres sintientes. Y conforme el movimiento ha crecido, han aumentado las necesidades de información para cubrir nuevas etapas del ciclo vital.
Es así como hoy en día, existe numerosas familias que se preguntan respecto a la mejor manera de criar a sus hijos sin abandonar sus principios de respeto.
El primer encuentro de la familia vegana, organizado por Homo Vegetus a través de su pequeña editorial Semillas Veganas, ha sido el primer referente de este cambio social.
Durante la jornada recibimos la participación de madres y padres, actuales y futuros, que expresaron una serie de inquietudes respecto a la acogida que la sociedad le ofrece a una familia vegana. Se hizo evidente que los múltiples obstáculos a que la crianza de niñas y niños veganos puede enfrentarnos son de orden más bien cultural que nutricional.
Entre dichos obstáculos se destacó la difícil inserción -e incluso aceptación- que un alumno vegano recibe en las escuelas públicas. Situación que se puede apreciar en distintas instancias, desde el aula hasta el casino. Creo que en ese sentido, tal declaración no hace más que confirmar cuán rezagada está siendo la respuesta que los distintos servicios públicos/privados entregan a la creciente demanda de la ciudadanía y público vegano.
Durante la jornada además, los asistentes pudieron participar de presentaciones que abordaron distintas dimensiones del tema.
En primer lugar, en conjunto con las palabras de bienvenida, tuve el agrado de abordar la dimensión educativa del veganismo temprano. Específicamente me atreví a hacer referencia a las oportunidades que una educación vegana en torno a los derechos animales ofrece en el desarrollo de nuestras niñas y niños.
Seguidamente, los asistentes pudieron disfrutar de una completísima charla sobre nutrición vegetal impartida por Doña Nelba Villagrán, Presidenta del Colegio de Nutricionistas de Chile, quien además, tuvo la cortesía de responder a todas las preguntas que se le formularon.
Más tarde, dimos paso a un entretenido taller de cocina, en que pudimos degustar y aprender a preparar dulces veganos. Entre ellos, torta de zanahoria, la favorita de Súper Vegano.
Cerramos la jornada con un diálogo horizontal en que cada uno de los asistentes tuvo la oportunidad de compartir sus experiencias e inquietudes.
Debe destacarse también, que de manera simultanea, durante todo el evento, tíos veganos realizaron una serie de actividades para niñas y niños, tales como: taller de origami, taller de reciclaje de papel y dibujo animalista.
Creo que, finalizado el encuentro, tanto asistentes como anfitriones quedamos con un grata sensación, y en lo personal, con la satisfacción de haber dado un importante paso en la expansión del movimiento hacia una nueva e importante dimensión de la práctica del veganismo: la que prepara las condiciones para la siguiente generación de veganas y veganos.
No quisiera finalizar esta nota sin expresar mi visión respecto a las oportunidades que ofrece la transmisión temprana de los derechos animales en niñas y niños.
A través de los años que he tenido el privilegio de desarrollar el material de Semillas Veganas, he podido observar al menos 3 dimensiones de desarrollo que de ser bien orientadas podrían florecer en el seno de una familia vegana.
Quiebre a la Pasividad: En primer lugar, creo que una vez que las niñas y niños descubren que la leche no viene del supermercado ni la carne del refrigerador, si no que provienen de otro animal, de otro ser sintiente, no sólo están aprendiendo un hecho de la cadena productiva. Creo que con esto, niñas y niños están aprendiendo a cuestionarse respecto al origen de la realidad en que se hayan inmersos. En otras palabras, se les está abriendo la oportunidad de dejar de vivir sólo en la "dimensión de los efectos", para comenzar a investigar sobre la "dimensión de las causas" o "por qué las cosas son como me ha tocado vivirlas".
Considero que esto es importante, ya que la clave para el cambio está más en las causas que en los efectos, y cuestionarse respecto de las causas permite dejar de ser pasivos habitantes de la realidad, para volvernos agentes activos del cambio de la realidad.
Responsabilidad: En segundo lugar, creo que una vez que niñas y niños descubren que con el pago de su entrada al circo o de su cajita feliz están creando incentivos para que más animales sean explotados, no sólo están aprendiendo una lección de la oferta y la demanda. Creo que ellos están aprendiendo a observarse dentro de un mundo interdependiente, por el cual, cada uno de nosotros experimentamos sólo una porción de los efectos de nuestras decisiones y acciones, y que muchas de ellas afectan los intereses y el genuino deseo de ser feliz de los demás.
Considero que esta comprensión, si es bien orientada, puede conducir al desarrollo de un elevado sentido de la responsabilidad, al desarrollo de un sentido social y ecológico en niñas y niños.
Empatía: Por último, creo que una vez que niñas y niños descubren que no sólo ellos son capaces de experimentar el dolor, una vez que descubren que los demás animales también son seres sintientes, con esto no sólo están descubriendo un hecho científico.
Creo que a la vez están generando condiciones para que, en conjunto con una orientación adecuada, se impulse el desarrollo de la empatía o de la capacidad de "observar la realidad desde la perspectiva del otro".
En definitiva, tiendo a pensar que el desarrollo de las consideraciones éticas que nos permitirán construir un mundo de respeto por todos los seres sintientes (sin excepción) puede perfectamente encausarse sobre bases como estas, las cuales son una oportunidad manifiesta para las familias que se atrevan a ser pioneras en la transmisión del veganismo desde la infancia.
Mi invitación es, una vez más, a ser pioneros en un mundo que puede parecernos aún lleno de obstáculos, pero que si lo sabemos explorar, ese mismo mundo puede ofrecernos también múltiples oportunidades para ir abriendo camino a las generaciones actuales y futuras del movimiento por el respeto a todos los seres sintientes.
Por Alejandro Ayala Polanco
Comenzaré diciendo que esta actividad podemos verla como una respuesta a la expansión que el movimiento vegano ha mostrado en los últimos años. Cada vez son más las personas que han adoptado el estilo de vida vegano como una forma de alinearse con sus valores de respeto por todos los seres sintientes. Y conforme el movimiento ha crecido, han aumentado las necesidades de información para cubrir nuevas etapas del ciclo vital.
Es así como hoy en día, existe numerosas familias que se preguntan respecto a la mejor manera de criar a sus hijos sin abandonar sus principios de respeto.
El primer encuentro de la familia vegana, organizado por Homo Vegetus a través de su pequeña editorial Semillas Veganas, ha sido el primer referente de este cambio social.
Durante la jornada recibimos la participación de madres y padres, actuales y futuros, que expresaron una serie de inquietudes respecto a la acogida que la sociedad le ofrece a una familia vegana. Se hizo evidente que los múltiples obstáculos a que la crianza de niñas y niños veganos puede enfrentarnos son de orden más bien cultural que nutricional.
Entre dichos obstáculos se destacó la difícil inserción -e incluso aceptación- que un alumno vegano recibe en las escuelas públicas. Situación que se puede apreciar en distintas instancias, desde el aula hasta el casino. Creo que en ese sentido, tal declaración no hace más que confirmar cuán rezagada está siendo la respuesta que los distintos servicios públicos/privados entregan a la creciente demanda de la ciudadanía y público vegano.
Durante la jornada además, los asistentes pudieron participar de presentaciones que abordaron distintas dimensiones del tema.
En primer lugar, en conjunto con las palabras de bienvenida, tuve el agrado de abordar la dimensión educativa del veganismo temprano. Específicamente me atreví a hacer referencia a las oportunidades que una educación vegana en torno a los derechos animales ofrece en el desarrollo de nuestras niñas y niños.
Seguidamente, los asistentes pudieron disfrutar de una completísima charla sobre nutrición vegetal impartida por Doña Nelba Villagrán, Presidenta del Colegio de Nutricionistas de Chile, quien además, tuvo la cortesía de responder a todas las preguntas que se le formularon.
Más tarde, dimos paso a un entretenido taller de cocina, en que pudimos degustar y aprender a preparar dulces veganos. Entre ellos, torta de zanahoria, la favorita de Súper Vegano.
Cerramos la jornada con un diálogo horizontal en que cada uno de los asistentes tuvo la oportunidad de compartir sus experiencias e inquietudes.
Debe destacarse también, que de manera simultanea, durante todo el evento, tíos veganos realizaron una serie de actividades para niñas y niños, tales como: taller de origami, taller de reciclaje de papel y dibujo animalista.
Creo que, finalizado el encuentro, tanto asistentes como anfitriones quedamos con un grata sensación, y en lo personal, con la satisfacción de haber dado un importante paso en la expansión del movimiento hacia una nueva e importante dimensión de la práctica del veganismo: la que prepara las condiciones para la siguiente generación de veganas y veganos.
No quisiera finalizar esta nota sin expresar mi visión respecto a las oportunidades que ofrece la transmisión temprana de los derechos animales en niñas y niños.
A través de los años que he tenido el privilegio de desarrollar el material de Semillas Veganas, he podido observar al menos 3 dimensiones de desarrollo que de ser bien orientadas podrían florecer en el seno de una familia vegana.
Quiebre a la Pasividad: En primer lugar, creo que una vez que las niñas y niños descubren que la leche no viene del supermercado ni la carne del refrigerador, si no que provienen de otro animal, de otro ser sintiente, no sólo están aprendiendo un hecho de la cadena productiva. Creo que con esto, niñas y niños están aprendiendo a cuestionarse respecto al origen de la realidad en que se hayan inmersos. En otras palabras, se les está abriendo la oportunidad de dejar de vivir sólo en la "dimensión de los efectos", para comenzar a investigar sobre la "dimensión de las causas" o "por qué las cosas son como me ha tocado vivirlas".
Considero que esto es importante, ya que la clave para el cambio está más en las causas que en los efectos, y cuestionarse respecto de las causas permite dejar de ser pasivos habitantes de la realidad, para volvernos agentes activos del cambio de la realidad.
Responsabilidad: En segundo lugar, creo que una vez que niñas y niños descubren que con el pago de su entrada al circo o de su cajita feliz están creando incentivos para que más animales sean explotados, no sólo están aprendiendo una lección de la oferta y la demanda. Creo que ellos están aprendiendo a observarse dentro de un mundo interdependiente, por el cual, cada uno de nosotros experimentamos sólo una porción de los efectos de nuestras decisiones y acciones, y que muchas de ellas afectan los intereses y el genuino deseo de ser feliz de los demás.
Considero que esta comprensión, si es bien orientada, puede conducir al desarrollo de un elevado sentido de la responsabilidad, al desarrollo de un sentido social y ecológico en niñas y niños.
Empatía: Por último, creo que una vez que niñas y niños descubren que no sólo ellos son capaces de experimentar el dolor, una vez que descubren que los demás animales también son seres sintientes, con esto no sólo están descubriendo un hecho científico.
Creo que a la vez están generando condiciones para que, en conjunto con una orientación adecuada, se impulse el desarrollo de la empatía o de la capacidad de "observar la realidad desde la perspectiva del otro".
En definitiva, tiendo a pensar que el desarrollo de las consideraciones éticas que nos permitirán construir un mundo de respeto por todos los seres sintientes (sin excepción) puede perfectamente encausarse sobre bases como estas, las cuales son una oportunidad manifiesta para las familias que se atrevan a ser pioneras en la transmisión del veganismo desde la infancia.
Mi invitación es, una vez más, a ser pioneros en un mundo que puede parecernos aún lleno de obstáculos, pero que si lo sabemos explorar, ese mismo mundo puede ofrecernos también múltiples oportunidades para ir abriendo camino a las generaciones actuales y futuras del movimiento por el respeto a todos los seres sintientes.
Alejandro Ayala Polanco
Semillas Veganas, Homo Vegetus
http://semillasveganas.blogspot.com/
Semillas Veganas, Homo Vegetus
http://semillasveganas.blogspot.com/
1 comentario:
Éste interesantísimo blog lleva un año parado sin explicación -debemos imaginar que la actividad ha migrado a redes sociales como facebook. Me gustaría enviaros mi fanzine para su reseña INTERCAMBIO DE REVISTAS 36 dedicado al veganismo. Saludos. Alex.
cartatradicional(at)hotmail.es
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